El exceso de optimismo, la paradoja de Stockdale
“El pesimista se queja del viento, el optimista espera que cambie y el realista ajusta las velas”
William George Ward.
Todos tenemos historias de fracasos exitosos. Un fracaso exitoso es aquel fracaso que me lleva al objetivo en una segunda instancia, no sin antes pasar por el infierno.
A esto el antropólogo Joseph Cambell lo llamó El camino del Héroe: una caída y el resurgimiento con más fuerza en una victoria pacífica.
El exceso de optimismo es posible, pero en algunos casos es como enseña Epicúreo, que denomina ataraxia (del griego «ausencia de turbación»), que mediante la disminución de la intensidad de pasiones y deseos y la fortaleza frente a la adversidad, se alcanza el equilibrio y finalmente la felicidad.
El exceso de optimismo es en muchos casos la negación o aversión al dolor. Lo encontramos en las recetas autoayúdicas de ganarse el cielo en 10 pasos. No hay once, porque no tienen puesto el foco en el aprendizaje del error o el fracaso exitoso.
Veamos la historia de un fracaso exitoso, un militar que luego de una experiencia dolorosa pudo darle sentido a lo que estaba viviendo, sin quitar el foco en su terrible realidad.
El almirante Jim Stockdale fue el oficial de mayor rango de Estados Unidos y prisionero del campo Hanoi Hilton en la guerra de Vietnam. Estuvo cautivo durante 8 años durante los cuales fue torturado en más de 20 ocasiones.
Jim Stockdale, para evitar ser utilizado como propaganda por sus captores, se autolesionó en varias oportunidades. Utilizó el envío de cartas a su mujer para transmitir información secreta e incluso llegó a crear un canal de comunicación que mitigaba la sensación de vacío de los presos.
Él pudo salir de esa experiencia con resiliencia, mientras que sus compañeros, a los que él describiría optimistas, morían en el intento.
¿Cómo fue posible que los optimistas mueran y un realista sobreviva?
El exceso de optimismo y el sin sentido a su experiencia los llevaron al final a entristecerse y dejarse morir.
Él nunca negó su realidad, tomó este dolor-fracaso como paradójico. Se puede estar mal, pero se puede llegar a estar mejor en un futuro. Negar la experiencia dolorosa inmuniza el sufrimiento pero no lo evita. Preguntar no sólo qué es lo que está pasando, si no para qué está pasando lo que pasa.
En la paradoja de Stockdale, vemos un gran aporte: el esfuerzo actual no garantizará un éxito futuro pero sin él no hay posibilidad de alcanzarlo
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