El encierro como respuesta vital

El encierro como respuesta vital

Posted in Uncategorized by victorraiban. | Leave a Comment

“Primero vinieron por los socialistas, y yo no dije nada,
porque yo no era socialista.
Luego vinieron por los sindicalistas, y yo no dije nada,
porque yo no era sindicalista.
Luego vinieron por los judíos, y yo no dije nada,
porque yo no era judío.

Luego vinieron por mí, y no quedó nadie para hablar por mí.”

 

Bertolt Brecht (alemán, 1898-1956).

 

 

“¿Qué nos puede hacer a nosotros una pandemia en China? Nuestro mayor peligro es el Dengue”. “Estamos lejos de Europa, lo vamos a controlar”.

¿Qué puedo aprender de mis días de aislamiento? ¿Qué gano y qué pierdo?

Una vez que termine todo esto ¿cómo puedo capitalizar esta experiencia? Esta será una experiencia cumbre y luego de ella nada será igual que antes.

Yo mismo puedo morirme infectado por el propio Covid19. Y si así fuera, ¿cómo quiero vivir los últimos días que me queden?

Viktor Frankl en “El hombre en busca de sentido”, explica cómo incluso en la experiencia más desoladora como estar en un campo de concentración nazi, puede encontrarse un sentido a la vida. El autor explica que podían quitarle todo: su libertad, sus bienes, sus afectos, su familia, pero no podían arrebatarle su conciencia y sus pensamientos. La elección de qué pensar era sólo suya y nadie podía cambiarla. Él era libre para darle sentido al horror que estaba viviendo.

Por su experiencia como psiquiatra, ayudando a sus pacientes antes de la guerra, Frankl pudo detectar que no era la cámara de gas lo que provocaba el mayor índice de muertes sino el suicidio. Es por eso que se propuso ayudar a las personas a no morir de tristeza, a no abandonarse. ¿Cómo pudo hacerlo en medio de una situación tan atroz y desoladora? afirmando podían quitarlpuro su mensaje una vez finalizada la guerrantacto f ¿aky personal, la inventiva y las tantas historiasAyudándolos a encontrarle un sentido a la experiencia cumbre del encierro. Él mismo, en la búsqueda de sentido a su propia experiencia, se vio a sí mismo dando conferencias y llevando su mensaje una vez finalizada la guerra. Y así fue como ocurrió efectivamente tiempo después.

Hay mucho para reflexionar en una situación como la que estamos viviendo.

Comparto con ustedes algunas palabras que escribí en mi sexto día de aislamiento:

6 días de encierro.

Yo, que no podía pasarme un solo día sin salir.

Que la sola idea de no tomar mi café en Pertutti todas las mañanas leyendo los diarios, me angustiaba.

Que no pudiera ir a trabajar, ni caminar libremente, me resultaba deprimente.

Yo, que pensaba que era un alma libre por poder hacer de mi vida lo que me plazca.

Y ahora, en el sexto día de mi aislamiento, estoy alegre y entero.

¿Qué me pasó? ¿Estaré perdiendo mi sano juicio?

¿O negando mi realidad e inventando una película surrealista?

No lo sé aún, esto recién empieza.

Lo que sí sé es que como sano, hago ejercicio todos los días, trabajo desde mi casa, estudio y escribo.

Y de lo que me doy cuenta es de que cuando llamo a alguien, me atiende, me escucha, tiene el tiempo que antes le escaseaba.

Y esto hace que me sienta más cerca de él o de ella. No sé si es por miedo, necesidad o porque le sobra el tiempo. Pero me siento más cerca.

Ojalá que cuando esto termine pueda llamarte y que juntos podamos penetrar la escasez, para seguir experimentando la cercanía que sentimos hoy en nuestro mundo de afectos.

Cuando esto termine, seguramente podamos capitalizar un nuevo modelo de maestría personal.

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