El complejo de Dios y los problemas sin respuesta
http://www.ted.com/talks/tim_harford.html
“ En tiempos de cambio, los aprendices heredarán la tierra, mientras que los sabelotodo se hallarán perfectamente equipados para desenvolverse en un mundo que ya no existe” Eric Hoffers
Pondré mi propio ejemplo y si miro atrás me tiento a encontrar unos cuantiosos ejemplos de soberbia, y de pensar como debían ser las cosas. Todo lo tenía que saber y si no, aparentarlo.
Tener simpatía por aquél que pensaba como yo y más aún de aquel que no pensaba como yo pero al final admitía mi postura.
Debatir, convencer y arengar eran las actividades de un típico abogado devenido en un incipiente político. Ese era mi mundo, el de las creencias absolutistas y de un aprendizaje transaccional. Tomaba lo que me convenía para conseguir tal o cual objetivo.
En mi mundo de impostor no se admitía la prueba y error; eso era de laboratorio. En mi mundo, el que sabía ganaba , llegaba y el que dudaba perdía. En el mundo de la política y la abogacía debíamos “ convencer” aún si nosotros no lo estábamos. No había lugar para probar, ni para errar. Simplemente había que lograr resultados. Ganar a cualquier precio.
Te invito a ver este video y reflexionar juntos.
Para terminar quiero traer la cita que expresaron en el 1657 aquellos que se creyeron representantes de Dios y excomulgaron de la religión judía a Baruch Spinozza
“Con el juicio de los ángeles y la sentencia de los santos, anatematizamos, execramos, maldecimos y expulsamos a Baruch de Spinoza, con asentimiento de toda la sagrada comunidad, en presencia de los libros sagrados con los seiscientos trece principios allí inscriptos, pronunciando contra él la maldición con la que Elisha maldijo a los niños, y todas las maldiciones escritas en el Libro de la Ley. … Que sea maldito durante el día y maldito durante la noche; que sea maldito en su acostarse y en su levantarse; maldito en su salir y maldito en su entrar. Que el Señor nunca jamás lo perdone ni lo reconozca; que la ira y el desprecio de Dios ardan de aquí en adelante contra este hombre, lo carguen de todas las maldiciones escritas en el Libro de la Ley, y borren su nombre de debajo del cielo.
¿Cuántas veces hemos excomulgado de nuestra esferas de relaciones a aquellos que han pensado distinto y creyéndonos Dios no perdonamos su prueba y error para llegar a la verdad?
Escrito por Víctor Raiban para Puerto Managers
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