Decamerón en tiempo de coronavirus
¿Qué es lo que va a cambiar a partir del coronavirus en nuestros comportamientos?
¿Qué aprendizajes podemos rescatar?
¿Se observan modelos contaminados en los comportamientos humanos a partir del miedo colectivo?
¿Encontramos ejemplos de maestría personal en las actuales circunstancias?
Veamos algo en nuestra historia sobre las pandemias: Encuentro una similitud con la peste negra que azotó a Asia y a Europa en el siglo XIV, la cual tuvo un punto álgido entre los años 1347 y 1357 con el fallecimiento de la una cuarta parte de la población, unos 25 millones de habitantes.
En coincidencia con el actual virus, ésta se originó en Asia y fue traída en barco hasta la florentina Italia, traspasando a gran parte de Europa. Otra similitud, pero literaria esta vez, la trae Boccaccio en su Decameron. Son diez jóvenes que se recluyen de la peste por diez días a escribir un cuento por día. De allí surge la obra renacentista que subvierte los valores morales de su época y que gracias a su prohibición cobró aún mayor celebridad.
¿Cuál fue el tono inspirador de estos relatos renacentistas en medio de la peste negra? El deseo y el placer. Hoy la humanidad se encuentra recluida y cada uno tiene su Decamerón. En esta lucha de arquetipos sociales podemos contemplar algunos personajes sociopáticos, con conductas morales cuestionables, cumpliendo sólo con sus deseos hedonistas y pulsivos e incumpliendo la cuarentena. Otros, con maestría personal y liderazgo social, mostrando la otra cara de una sociedad que exige un nuevo modelo político y diferencial.
En estos días leí, en algunos desafortunados tweets, criticas a un sector o a un opositor político. Estas mentes obcecadas no descansan en llevar agua a sus molinos, ni siquiera en épocas en que se invita a un verdadero recogimiento. Sin embargo, a diferencia de esos pusilánimes ejemplos de miopía social, la sociedad alcanza la máxima templanza que puede tolerar, mas allá de sus líderes.
Por suerte, hay otro variopinto de ejemplos: empresas que ceden lucro, personas que se ofrecen para hacer trabajos de asistencia a ancianos en situaciones vulnerables, y tantos más. Los trabajadores de la salud, los más expuestos, no cesan de darnos muestra de amor incondicional por su trabajo y por el prójimo. Nacen verdaderos puentes a un nuevo modelo de generosidad social.
El Otro puede ser el puente de contagio o de curación. Mi Decameron y mis valores, son los únicos que notarán esta diferencia entre uno y otro. Entre el contagio y el sobrevivir en un nuevo modelo de convivencia social.
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