Comunicación violenta: ¿qué produce?
La comunicación es uno de los medios más poderosos que tienen los líderes (y tenemos todos) para influenciar el mundo y sumar a otros en el cultivo de nuevas realidades. El lenguaje genera realidad. O como lo dice Andrés aquí: Hablando hacemos que pasen cosas.
Por medio del lenguaje creamos mundos de sentido, creamos distinciones inteligibles que rigen nuestras acciones. No es que hablamos del mundo que vemos, sino que vemos el mundo del que hablamos (Joseph Jaworski: Sincronicidad, Presence). Ahora bien, ¿qué produce una comunicación que no refleja un respeto incondicional hacia nuestro interlocutor?
Antes de que comiencen a reflexionar con esta pregunta, los invito a leer atentamente el texto de esta Canción de Brett, que Marshall Rosenberg vuelca en su libro Comunicación no violenta:
Si yo entiendo claramente
Que tu intención no es exigir
voy a responder cuando llames.
Pero si te acercas a mí
con aires de amo y señor.
Te sentirás como si hablaras con la pared.
Y si me recuerdas con aire compungido
Lo mucho que hiciste por mí
Será mejor que te prepares:
¡Aquí llega otro ataque!
Entonces, puedes gritar, protestar, quejarte, refunfuñar y subirte por las paredes,
que yo seguiré sin sacar la basura.
Por mucho que cambies de estilo
Me va a llevar un tiempo
Hasta que pueda perdonar y olvidar.
Porque me parece que tú
No me veías como un ser humano
Hasta que yo cumpliera con todas tus expectativas.
Escrito por Víctor Raiban para Puerto Managers
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