La esencia del liderazgo

La esencia del liderazgo

Es bien sabido que el concepto “Liderazgo” adquiere una especial importancia en el siglo XXI. En base a esta afirmación, debemos plantearnos de una forma concienciada y humana el verdadero valor del líder y el impacto que este supone en un plano personal y profesional.

Como es lógico, habréis leído muchos artículos sobre el liderazgo. Pues bien, no quiero que este escrito se quede en una mera teoría, todo lo contrario, quiero que suponga un reto desafiante para cualquier persona, y especialmente, para todo aquel profesional que quiera seguir creciendo mediante la mejora del potencial de los suyos.

Desde mi punto de vista, nos hemos olvidado del valor impagable de la calidad humana  y de la inteligencia asociada a los valores humanos. Este pensamiento se ve reflejado claramente en nuestro modelo de sociedad actual, y lo peor de todo, lo estamos padeciendo de la manera más mezquina y triste. No, ese no es el camino….

Antes de analizar las claves que considero críticas para comprender la esencia del liderazgo, me gustaría brindaros una serie de pautas que nos brindó la Compañía de Jesús desde hace más de cuatro siglos y que sostienen la esencia del verdadero liderazgo:

a)     El liderazgo nace desde adentro. Es decir, determinar quiénes somos así como qué hacemos. En este sentido, la forma más eficaz de liderar es liderándonos a nosotros mismos.

b)     El liderazgo es una forma de vida. Podemos decir que es la forma de proceder, en definitiva, la vida real del líder.

c)     El liderazgo es un proceso de autodesarrollo continuo. El conocimiento va madurando de manera permanente en el tiempo.

Las ideas anteriores son los cimientos del liderazgo contemporáneo, pero además, quiero añadir desde mi humilde experiencia y de una forma complementaria e integrada tres pilares  que consolidan la primera pauta anteriormente señalada, el autoconocimiento:

1. Todo ha de cimentarse en una mente serena y una atención consciente leyendo las situaciones desde la realidad. Dicho de otro modo, percibir el entorno más como “tal cual es” y menos “tal cual somos”.
2. No personalizar. No hacer de nosotros mismos el centro del mundo, de esta forma conseguiremos más calma en nuestras vidas y en nuestra mente.
3. La comprensión es el fruto de una mente serena y atención consciente, activándose la flexibilidad y el aprendizaje, y se practica la despersonalización.

Podríamos resumir los pilares indicados a través de una frase muy sabia:

“Todo lo que somos es fruto de lo que pensamos” Buda

Y usted ¿cómo piensa?

Esta simple reflexión es una necesidad urgente en el actual paradigma del Management ya que define en gran medida la forma de pensar de muchos directivos, y consecuentemente, su forma de proceder a la hora de dirigir personas.

Es prácticamente imposible llevar el control de un barco si no controlamos nuestro barco interior, un barco, que en muchos casos, navega observando lo que ha dejado durante el camino sin disfrutar de la aventura tan apasionante que le queda por vivir. No podemos  permitir que los pasajeros no se vean inspirados en todo momento por la belleza que les envuelve el proceso de auto-aprendizaje. Ser conscientes de ese proceso tan enriquecedor nos lleva a fluir nuestra esencia más pura y ofrecerla a los demás. Para que un proceso sea rico  debe ser recíproco. Esa es la verdadera grandeza del liderazgo, conseguir un equilibrio interior para que los míos descubran el tesoro que guardan dentro.

Quisiera concluir este artículo con la siguiente frase:

“El éxito de los míos es mi éxito”

Escrito por Gabriel Núñez Ojeda